Autor maldito entre los malditos,
Hanns Heinz Ewers nació
en Düsseldorf en 1871 y se interesó desde muy joven por la filosofía,
la mística, la psicología y las ciencias ocultas. Su vida fue azarosa
y polifacética: anarquista stirneriano, decadente, trotamundos,
espía alemán en Estados Unidos, novelista, ensayista, editor
y cineasta fueron sólo algunas de sus ocupaciones.
Influido por la corriente del romanticismo negro y militante
del decadentismo de fin de siglo, Ewers adoptó como modelos literarios
a Poe, Heine, Hoffmann, Huysmans y Strindberg y supo conjugar
con gran habilidad lo grotesco y lo extravagante, lo siniestro
y lo macabro, lo espectral y lo cruel.
Sus novelas más conocidas, El aprendiz de brujo (1910),
La mandrágora (1911) –que obtuvo un gran éxito internacional–,
y Vampyr (1921), forman la denominada
“trilogía de Frank Braun”.
Como resultado de inseminar artificialmente a una prostituta con el semen de un ahorcado surge a la vida la bella y malvada Mandrágora, uno de los grandes y más fascinantes mitos de la literatura fantástica, equiparable a Frankenstein, Drácula, El Golem o El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde. Ewers recreó la vieja leyenda romántica de la mandrágora, incorporando los conocimientos científicos de principios del siglo XX. Desde el momento de su aparición, la fascinante Mandrágora cautivó la imaginación de los cineastas expresionistas, que la llevaron a la pantalla en varias ocasiones.
Esta edición de Mandrágora incluye las ilustraciones
realizadas por Mahlon Blaine en 1929.